Crónica
por Rubén Fiorentino
Anunciábamos en el afiche que
promocionaba el evento “Letras, Perlas y algo más”…y cumplimos con creces lo
que habíamos prometido.
El Teatro Municipal “Del Viejo
Concejo” era testigo, como otras veces,
de un nuevo acto institucional del Centro Cultural del Tango Zona Norte,
Academia Correspondiente de la Academia Nacional del Tango que convocó a una
interesante cantidad de espectadores.
Muchos eran los motivos que despertaban
la atención. La celebración en diferido del Día Nacional del Tango teniendo
como exclusiva atracción al prestigioso grupo “Las perlas del tango” cuyo
mentor Claudio Durán colaboraría con un servidor en la conducción del acto, era
uno de ellos.
Las entregas de premios a los triunfadores
de un nuevo certamen literario y las anuales distinciones otorgadas por nuestra
institución, el Reconocimiento a la Trayectoria y la Orden de la Amistad
Tanguera eran otros.
Con los compases del tango emblema, “De
Academia”, minutos después de la hora 20, me correspondió dar la bienvenida
a los presentes, para sin dilación dar apertura formal a una jornada que nos
dejaría cuantiosos motivos de satisfacción a organizadores, protagonistas y
público.
Claudio Durán, ya dueño del micrófono
era el encargado de presentar a su tocayo Parenti, responsable musical del
evento y de Fabiana Alí que tuvo la responsabilidad de la apertura.
La dama en una notable demostración nos
regaló tres clásicos del cancionero popular argentino, Los mareados, La última
curda y Balada para un loco que los presentes saludaron con singular
entusiasmo.
Un hecho trascendente ocurriría a
continuación, el debut absoluto como “Perla del tango” de Gabriela Rivoira
llegada expresamente desde Rosario, Pcia. de Santa Fe para ser parte del
espectáculo.
En su lucida participación, largamente
aplaudida por la concurrencia, nos entregó La canción de Buenos Aires, Dejámelo
pensar, obra de Marta Pizzo que también formaba parte del elenco de la jornada,
y Malena, tema con el que cerró su actuación.
La experimentada Beatriz Ayas de intensa
presencia en los más exigentes escenarios marcaría la continuidad del
espectáculo.
La dama no se hizo rogar y con
manifiesta decisión arrancó con Mi vieja viola y cerró con la zamba Entre la
lluvia y tú, intercalando entre ambas su notable versión de La abandoné y no
sabía.
Para calmar la impaciencia de los que
aguardaban sus distinciones, tomé la posta, para, después de un breve prólogo
que reseñaba su largo derrotero en el tango, subiera a recibir el
Reconocimiento a la Trayectoria el cantor Alberto Casas que con sus ochenta y
ocho bien llevados años recibía el pergamino y pin de solapa que lo acreditaba
como tal, de manos de los miembros de CD Margarita Sosa y José Mario Calónico.
Casas, demostrando su plena vigencia
quiso agradecer como más le sienta, cantando y con la gentileza del maestro
Parenti que accedió a acompañarlo, nos dejó una lucida interpretación de
Melodía de arrabal.
Vendría después una verdadera sorpresa
para quienes eran ajenos a la organización. La entrega de la Orden de la Amistad
Tanguera que en su versión 2016 quedó en manos precisamente de Claudio Durán.
Visiblemente emocionado nuestro socio y
vecino recibía sus atributos de manos nuevamente de la Sra. Sosa y de Laureano
Castaño que se sumaba así a la ceremonia.
Acalladas las emociones que despertaron
ambas entregas, con la venia de Durán que me cedió el privilegio de
presentarla, con una particular glosa, anuncié a una notable poeta de nuestros
días, la Sra. Marta Pizzo.
Haciendo gala de su frondosa inspiración
nos recitó tres de sus letras, algunas de las cuales luego derivarían en
tangos, Piedra libre, Ya fue y La hamaca.
En tanto esto sucedía, Luciana Bresse
aguardaba expectante para llegado su turno, con inusual categoría, decirnos Sin
piel, Tormento y un final entre aplausos y ovaciones con Y te parece todavía.
Ya se insinuaba el final, no deseado,
pero inevitable al fin, de concluir la maravillosa jornada que estábamos
disfrutando con socios, allegados, gente del tango en general y representantes
de entidades amigas como el Círculo de Poetas de Boulogne, el Círculo Literario
“Palabras Vivas”, la Asociación “Hijos y Amigos de San Isidro”, la Sociedad
Italiana de Socorros Mutuos y Cultural “Dante Alighieri” y la Sociedad
Argentina de Escritores Zona Norte.
Comencé la entrega de premios en orden
descendente desde las menciones hasta los máximos galardonados que
lamentablemente, por razones de distancia no concurrieron a la cita. No
obstante sus obras fueron expuestas a la consideración a cuantos estuvieron
presentes en el Teatro Municipal en voces de las Sras. Mirtha Gaitán y Martha
Muñoz ambas jurados del certamen que concluía.
Con emoción, los pocos participantes
premiados, domiciliados en Capital y Gran Buenos Aires recibieron sus premios
personales y los que correspondieron a entidades que merecieron distinción por
los trabajos presentados por sus representantes.
El broche de oro de esta magnífica
jornada lo pondría una talentosa joven, largamente conocida por el público
lugareño que tuvo oportunidad de aplaudirla en reiteradas ocasiones en este
mismo escenario y en los del Cine-Teatro Stella Maris y Colegio de Abogados de
esta ciudad que nos alberga.
Fernanda Vega dando una acabada prueba
de su capacidad canora nos ofreció sus singulares versiones de Duelo criollo,
La flor de la canela y La última.
Después de ello solo restó la tradicional despedida con el elenco en pleno sobre el escenario, los agradecimientos de rigor y los buenos deseos por las fiestas que se avecinan y sin dudas el marcharnos con esa sensación de quedarnos con ganas de más…
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